Caminábamos juntos...
habíamos transformado en ritual,
nuestro silencio,
mientras nos besamos
con la mirada...
Nos imaginábamos, inmortalizando esos momentos...
y las risas de entendimiento,
eran bellas melodías,
para nuestros cuerpos,
que danzaban,
acariciando el suelo.....
Y después de recorrer,
una y mil veces,
los mismos recovecos,
apelábamos a nuestra imaginación,
como guía,
en la construcción de nuevos refugios...
Y aunque haya pasado tiempo,
desde nuestro último encuetro,
sigo recordando tu voz,
y haciéndole honor
a nuestros rituales,
noche tras noche,
me refugio junto a la luna,
y viajo eternamente,
a esos momentos,
que de antaño fueron
mágicos rayos de amor...