Ya no calla nada de nada esta mirada,
ya no sabe de razones que no provengan del corazón,
ya no hay soluciones fáciles,
todo se vuelve instante e intensidad.
Se a plantado una bandera en el corazón,
no hay palabra que engañe a tu esencia,
que grita, estalla.
Saltando una muralla más...
deslizando la mano por tu propio cuerpo para sentir,
viviendo aún más viva que antes, y así a cada instante.
El movimiento ha comenzado para ya no parar,
con el fuego en la piel,
la mirada apasionada,
y los pies firmes,
sosteniendo las propias verdades,
el mundo construido,
propio y sereno.
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