24 feb 2011

Ciudad

Las calles, se hunden
en un infinito, extraño,
detrás de lo imponente,
se esconden, los vestigios,
de soles, que no se olvidan
de amaneceres,
atardeceres,
siempre llenos de magia.

Ciudad,
que te construyes,
como fortaleza,
no has vencido aún la mística
del ambiente.

Se asoma sobre ti, ciudad tranquila
la incansable mirada del cielo,
que recuerda al mar,
la noche -demasiada soleada en tus brazos-
aún no deja de lado su latir.

¡Sí!, Hasta por debajo de tus
pies, ciudad, completa, imponente,
soberbia, queda la ternura humana,
la sonrisa incansable,
las charlas tranquilas,
los mates,
las caricias,
los besos,
los amigos,
y el cielo que no deja perder
su escencia, por más que quieran
teñirlo de gris.

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